Con todo y premio de la escoba de Plata, las autoridades han sido incapaces de controlar la crisis de residuos
por Canek
La gestión deficiente de la recolección de basura en Poza Rica ha convertido a la otrora «Escoba de Plata» en la irónicamente denominada «Escoba de Caca», en referencia al mal manejo de los residuos que asfixia a la ciudad con olores fétidos a todas horas y en cualquier rincón.
Pierre Guerrero, director de Limpia Pública, anunció recientemente sanciones para quienes no respeten los horarios y lugares designados para la disposición de desechos.
Sin embargo, no detalló el monto de las multas ni especificó quiénes serán los encargados de vigilar el cumplimiento de estas medidas. En lugar de implementar una estrategia logística efectiva para el servicio de recolección, se optó por una solución apresurada y carente de planificación, lo que ha exacerbado el problema.
La situación se agrava con los vehículos de recolección, que al transitar por la ciudad dejan tras de sí una estela de olores nauseabundos provocados por los lixiviados que se esparcen en su recorrido, persistiendo durante horas y generando no solo incomodidad, sino también serias preocupaciones de salud pública.
En comparación con la empresa PASA S.A., que anteriormente se encargaba de la recolección, la actual compañía DISCRICAR ha sumido a la ciudad en un caos de horarios irregulares y recolecciones ineficaces. Los intentos de las autoridades por erradicar los vertederos clandestinos han sido meramente simbólicos, limitándose a un día de acciones más enfocado en la fotografía que en una solución real y sostenida a la problemática.
El prestigioso premio «Escoba de Plata», que alguna vez se consideró un reconocimiento al buen manejo de los residuos, hoy parece un triste recuerdo, convertido en el irónico «Escoba de Caca» ante la desastrosa realidad que enfrenta Poza Rica.