Por Inocencio Yáñez Vicencio
Partidos y sociedad civil son dos elementos constitutivos de la democracia moderna. Más para quienes creemos que lo público no se reduce a lo estatal.
La Revolución francesa apostó tanto a la atomización de la sociedad que en 1791 abolió todas las sociedades intermedias. Sieyés propuso que Comicios( que sólo el nombre tenían de la figura que existió en la Antigua Roma) propusieran candidatos, los que aparecerían y desaparecerían en cada elección, para elegir grandes electores, los que terminarían escogiendo a la representación nacional, que reemplazaría a la disfuncional representación por estamentos. Los partidos surgen con el paso del voto basado en el linaje o la riqueza al voto universal.
Cuando los partidos de notables ceden paso a los partidos de masas a mediados del siglo XIX se conforman los partidos de origen electoral en el momento que se establece un lazo permanente entre el elegido y la circunscripción que votó por el.
Las quiebras sociales explican , buena parte de los partidos existentes. Hay que hacer la diferencia entre partidos leales o sistémicos, que juegan dentro de las reglas consensuadas y partidos anti sistémicos, que sólo intervienen en los procesos electorales para hacer propaganda y agitar, porque ellos se proponen con milicias y clandestinamente o casi clandestinamente asaltar el poder político.
La competencia fue haciendo que los partidos apelarán a sectores más amplios que los sectores o clases que los conformaron, lo que los obligó a realizar alianzas e ir por ello flexibilizando su radicalización e intransigencia, al tener que incorporar demandas a su agenda de otros partidos o viceversa, radicalizando a los moderados por realizar lo mismo.
El que cada cada vez el sector de los no afiliados e indecisos se extendiera condujo a los partidos a convertirse en partidos desideologizados o atrapa todo, buscando ser atractivos para los electores flotantes.
El resultado es que el desencanto que produjeron esos partidos no fue por ser más o menos radicales sino en base únicamente en que tanto honesta y eficientemente administraban, sin importar a qué intereses servían. Cómo los partidos para llegar o aproximarse al poder, renunciaron a toda ideología y ética, entendida como deber, terminaron promoviendo gente sin escrúpulos, lo que hizo, creer a la población, erróneamente que todos los que estaban fuera del poder eran honestos y eficientes.
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Esto y no otra cosa fue lo que alimento personalidades populistas que hicieron a un lado la división de la sociedad entre izquierda y derecha y la sustituyeron por la división nosotros pueblo y ellos clase política corrupta. En ese pueblo metieron sólo a sus partidarios y en la clase política corrupta, la que llaman mafias del poder.
La teoría populista manda seleccionar diez importantes demandas y con una de ellas hegemonizar. AMLO lo hizo con la corrupción. Desde luego de no haber habido demandas sin resolver no hubieran tenido de donde alimentar su plan para tomar el poder.
El problema es que lo hizo un grupo que sólo quiere el poder para destruir la nación, las instituciones republicanas y la democracia y que ahora a base de mentiras y limosnas se propone perpetuarse en el poder. Lo digo y lo repito, Morena es lo más nefasto y los partidos que se le oponen, son rémoras, pero, justamente porque todos son malos, distribuyamos el poder, no puede seguir AMLO con esos diputados que no se atreven a quitarle una como a la contrarreforma eléctrica de su presidente.
Ante la terrible concentración y el uso abusivo del poder, la sociedad civil debe sacar la cara. Es muy lamentable que después que AMLO la llamó: » instrumento de conservadores » ( periódico CRÓNICA de hoy. 2/03/19. Ocho columnas)., los pontífices de la sociedad civil se hayan ido a refugiar a sus madrigueras esperando turno de convocatoria ellos o sus familiares, dejando a la sociedad civil en la más tremenda orfandad. Creo que se den cuenta , después de tanta persecución de AMLO, que ni de reserva la quiere, por lo que ya es hora que pase lista de presente en esta lucha contra la más grande corrupción y engaño que representa Morena.