Poza Rica, Ver. – La terquedad del alcalde Fernando «El Pulpo» Remes para hacer su feria en el predio de un particular llegó a las autoridades competentes, toda vez que el afectado interpuso una denuncia por invasión y allanamiento contra Remes Garza. Este lunes, 7 de noviembre, la denuncia fue ratificada y seguirá su curso para el deslinde de responsabilidades. El expediente deriva de los hechos ocurridos en los terrenos aledaños a la Central de Abasto de la ciudad, en donde se pretendía montar una presunta feria ganadera regional.
A través de un imprevisto comunicado, emitido el pasado día 1 del presente mes, el ayuntamiento trató de justificar una invasión a la propiedad privada del conocido ganadero local Alejandro Islas. En el boletín se menciona que la intervención del municipio en la zona era parte de trabajos de limpieza y desbroce para «salvaguardar la integridad de los asistentes a la feria».
Sin embargo, el dueño de los terrenos llegó al lugar y solicitó una explicación para saber quién había autorizado los trabajos de tala y desmonte en su propiedad. Las respuestas fueron en el sentido de que la orden provenía directamente del alcalde de la ciudad, “El Pulpo” Remes.
A sabiendas de que se trata de un predio que no es propiedad del ayuntamiento, no se ofreció disculpa alguna al propietario, por lo que entre ambas partes hubo un acalorado intercambio de palabras vía telefónica. En ese sentido, el afectado resaltó una actitud prepotente de parte de «El Pulpo», que en sus años mozos practicó «el deporte de caballeros».
Nula fue la respuesta de reparación del daño, la disculpa pública o cuando menos la presencia del ex jugador de béisbol para reunirse con el ganadero y llegar a un acuerdo que satisficiera ambas partes. Por cierto, el dueño del terreno mostró documentación que lo avala como legítimo propietario y que, en palabras del mismo, no buscaba remuneración alguna proveniente del funcionario.
Una prensa amordazada por la paga no es prensa, sino cómplice de los abusos del poder.
Solo un par de reporteros fueron los que se atrevieron a dar cobertura directa al conflicto, a pesar de haber más de 60 medios de comunicación en la ciudad, de los cuales menos de la mitad tienen algún tipo de convenio para la difusión de actividades oficiales del municipio.
A su vez, fuentes internas del ayuntamiento aseguran que el vástago menor del alcalde hizo fuertes comentarios en la oficina de su padre ante el escándalo derivado del error. Pero el octogenario funcionario hizo entrar en razón a su retoño de manera enérgica.
De la misma forma, la familia afectada ha recibido todo tipo de mensajes intimidatorios de personas relacionadas al alcalde y que, en algún momento, se les consideraba amigos de la familia.
Cabe destacar que la directora de comunicación social del ayuntamiento, Adanely Rodríguez dejó en claro a los medios locales omitir publicaciones relacionadas al tema, al punto de hacer el reclamo a un medio que goza un estímulo económico a través de un convenio, por tener un parentesco indirecto con uno de los periodistas denunciantes. Todo esto a pesar de asegurar la funcionaria en un primer momento que en nada afectaría la imagen de su jefe.
No me vengan con que “la ley es la ley”.
Al parecer, Fernando Remes emula las acciones de su «amigo», el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, ya que está claro que se actuó de manera irresponsable, arbitraria y al final prepotente, pues el conflicto pudo haberse solucionado el mismo día que la maquinaria del ayuntamiento ingresó al predio.
En este sentido, Remes Garza acumula un tropiezo más en lo que apenas será su primer año de administración. Sin embargo, el proceso legal ya se encuentra en curso y continuará incrementando el deterioro de la imagen del alcalde para con sus gobernados.
En esta, como en otras acciones ordenadas por Remes Garza, es evidente la incompetencia de sus asesores más cercanos, los que – de nueva cuenta- demuestran que están más interesados en endulzar el oído de su jefe que en guiarlo por el camino del estado de derecho. Aunque ya no se sabe si lo hace por ignorar la ley o por simple arrogancia.