Poza Rica, Ver.- El pasado 4 de mayo varios trabajadores transitorios de Pemex se dieron cita en las inmediaciones de las oficinas de recursos humanos de la paraestatal, para solicitar su “basificación” conforme a lo prometido por el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador.
Cabe recordar que el presidente mencionó en unas de sus conferencias matutinas: “No van a haber despidos. Vamos a ir “basificando” a transitorios que se van a convertir en trabajadores de base con plazas. Vamos a cuidar que las plazas se entreguen a transitorios de mayor antigüedad”.
Ante este anuncio, varios trabajadores transitorios de la sección 30 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) mantienen sus esperanzas firmes en la palabra del presidente y acuden a las instalaciones de recursos humanos donde, lejos de darles atención, les niegan el acceso.
En el proceso de asignación de 17 mil plazas para trabajadores transitorios, la administración de Petróleos Mexicanos (Pemex) no tomará en cuenta al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, reveló en pasada conferencia el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ante el cuestionamiento de la prensa asistente de por qué no se han liberado dichas plazas, el primer mandatario indicó: “parece que hubo modificaciones y que ahora la “basificación” no necesariamente va a pasar por el Sindicato, y eso ha generado inconformidad, no en los trabajadores [sino] en los líderes. Porque, sin culpar a nadie, la denuncia de siempre de los trabajadores transitorios es de que no los “basificaban” por los trinquetes de los malos líderes sindicales. Hasta vendían las plazas”.
El problema se profundiza para los trabajadores transitorios, ya que bajo las nuevas reglas de la ley federal del trabajo este grupo de trabajadores ya no pertenecerían al sindicato, sin embargo, líderes de la sección 30 y FRUS amenazaron que quien o quienes vayan a solicitar ese beneficio se le «CONGELARÁ», es decir: nada de trabajo para ese trabajador transitorio, y si tiene quien lo recomiende también será perjudicado.
Recordemos que en abril, en el Casino Obrero Petrolero el dirigente de la sección 30, José Juan Soni Solís, lanzó un supuesto ultimátum a la paraestatal PEMEX, según por la falta de insumos básicos como hielo y agua, pero también de ropa, calzado y de herramientas, lo cual está estipulado en el contrato colectivo de trabajo vigente, aunque la realidad difiere de lo dicho por la marioneta de sempiterno líder Sergio Lorenzo Quiroz Cruz, pues es de conocimiento de todos los trabajadores -transitorios y de planta- que la carencia de estos recursos se debe al acaparamiento y malos manejos de ellos mismos.
A su vez, Quiroz Cruz sigue con el discurso de que los culpables de la falta de indemnización a las viudas de los trabajadores es la paraestatal PEMEX, cuando el sindicato petrolero y en específico, la sección 30 es la que atrasa o niega en su totalidad el pronto pago a los beneficiados bajo una serie complicidad de funcionarios internos y una verdadera letanía en trámites burocráticos.
La presión mediática de los líderes de la sección 30 no tiene límites, al grado que en pasados días el CENDI (centro de desarrollo infantil) que se encuentra al interior del campo PEMEX, padeció de un desabasto de alimentos para los menores, por lo que algunas trabajadoras del hospital de PEMEX trataron de llevar alimentos a dicho centro para sus hijos, siendo retenidas y amenazadas de represalias en caso de abandono de su lugar de trabajo por parte de personal de la sección 30.
Pemex se debate entre la austeridad criminal por el recorte de recursos para destinarlos a Dos Bocas -lo que ha generado accidentes, desperfectos e incendios en instalaciones de la empresa productiva del Estado, sumándose la corrupción del STPRM, ahorcan todo intento de estabilidad laboral y las garantías laborales de cualquier trabajador transitorio, de planta o de confianza.
Lo anterior es muestra de una violación al convenio firmado por el entonces senador de la república Carlos Romero Deschamps, el secretario del Interior de actas y acuerdos Fernando Navarrete Pérez y el diputado Ricardo Aldana Prieto quien fungía como presidente general de vigilancia del sindicato de trabajadores petroleros de la república mexicana.
Dicho lo anterior, se evidencia una vez más la corrupción que impera en todo el sindicato petrolero y la sección 30 de Poza Rica no es la excepción, mientras el presidente repite la pantomima de sacar el pañuelito blanco de «haber terminado con la corrupción» siendo un maestro en el arte de la simulación, dejando sin esperanza alguna a cientos de trabajadores que han dedicado más de media vida a laborar en la zozobra sobre la permanencia en sus contratos, bajo la eterna opresión de “líderes charros” que trafican con la necesidad de los agremiados.
Redacción PozaRica.net