La Pesadilla del Transporte Público en Poza Rica 2024
Breve ensayo sobre los problemas del transporte público en la ciudad.
por Canek
Hace apenas unos 15 años, la ciudad de Poza Rica contaba con al menos cuatro opciones de transporte público, incluyendo taxis y tres empresas de autobuses que cubrían casi en su totalidad la zona urbana y áreas limítrofes con los municipios vecinos.
En coincidencia con el segundo boom petrolero de inicios del siglo XXI, antes de finalizar la primera década, uno de los consorcios más grandes de autobuses urbanos, Autotransportes Poza Rica – Coatzintla (ATPC), se vio afectado por una serie de eventos desafortunados en el seno familiar de los propietarios. Esto llevó a terceros a hacerse cargo de la administración de la empresa, con resultados muy cuestionables.
En esa época, conocida como la época del «Tío Fide», la zona norte experimentaba la violencia relacionada con el narcotráfico, resultado del intento de contener el crimen organizado durante el sexenio de Calderón.
Este contexto afectó directamente la vida pública de Poza Rica y, por ende, el negocio del transporte público. ATPC se declaró en huelga, y los trabajadores se vieron envueltos en un litigio que persiste hasta la fecha.
Durante el periodo del Fidelismo, se comenzaron a expedir nuevas concesiones para taxis, marcando un cambio radical en los colores de los mismos, pasando del azul al rojo, un legado que perdura hasta hoy.
Este aumento desmesurado de vehículos de alquiler se consolidó con la llegada del gobierno de Javier Duarte y la aparición de unidades clonadas.
Es importante señalar que, con cada cambio de gobierno federal, se evidenciaba un aumento en las tarifas del pasaje debido a los precios de los combustibles y aditivos, siempre con protestas tibias por parte de los usuarios.
Posteriormente, otra línea de microbuses, Coordinados, propiedad de Marco Aurelio Alarcón Trueba, se declaró en quiebra al inicio de la tercera década del nuevo milenio, acabando así con el legado heredado de su padre, el Sr. Austreberto Alarcón Aguilar.
A la fecha, antes y durante la pandemia, los autobuses de transporte público prácticamente desaparecieron en las rutas hacia las colonias de la ciudad y la zona conurbada de Coatzintla.
Esto generó serios problemas de movilidad para amas de casa, estudiantes y trabajadores, problemas que persisten todas las mañanas y tardes en varios puntos de la ciudad.
Ante esta situación, tiendas departamentales, casas de préstamos y financieras vieron una oportunidad para ofrecer créditos a los pozarricenses, lo que resultó en un incremento en la venta de motocicletas y una mayor flexibilidad en los planes de financiamiento por parte de las agencias de autos.
La razón de que muchas personas optaran por la movilidad en lugar de otras necesidades primarias fue la productividad laboral y escolar. Los pozarricenses evaluaron su gasto corriente en el uso del transporte público y muchos prefirieron invertir ese dinero en un vehículo que les proporcionara fiabilidad, comodidad y eficiendia en sus traslados.
Hoy en día, en muchas colonias es necesario caminar varias cuadras para llegar a una avenida más transitada para tratar de abordar un taxi. Aunque se comienzan a ver algunas unidades de autobuses circulando, no son suficientes para satisfacer la demanda diaria de movilidad.
Prevalece una enorme cantidad de unidades en mal estado, algunas otras de reciente modelo pero reducidas en tamaño, junto con la incertidumbre de viajar con posibles problemas, como cobros no autorizados y el abordaje de más pasajeros de lo permitido en ciertas horas, caracterizan el transporte público de Poza Rica.
Cuando se viaja a otro estado o país, el uso del transporte público es casi inevitable. ¿Qué pensarán los pocos visitantes que recibimos al año sobre nuestro servicio de taxis?
En 2023, me propuse observar varias de las transmisiones en vivo de reporteros de choques viales. Sorprendentemente, ocho de cada diez estaban involucrados con taxistas o motociclistas, y en muchos casos, ambos.
Por otro lado, entre los costos de gasolina, seguros y el acoso de agentes de tránsito y fuerzas policiales, muchos conductores optan por detener sus unidades temprano, ya que no hay garantía de seguridad en las noches de la otrora urbe petrolera.
Ni si quiera se podría hablar del arribo de aplicaciones como Uber, Cabify, DiDi, BlaBlaCar, entre otras, para el transporte público.
La ciudad no termina de convencer a las empresas transnacionales, no es una corazonada, son estudios de mercado, y el contexto de Poza Rica no es propicio para estas y otras inversiones.
