¿Dónde dejaron su ética estos chacales?
Desafíos éticos en la profesión legal: La importancia de la integridad en el ejercicio del Derecho
ADVERTENCIA
Reflexiones sobre la necesidad de regulación y responsabilidad en la abogacía
El Lic. Raúl Vargas, líder de una barra de abogados, plantea inquietantes cuestionamientos sobre la falta de ética en el ejercicio legal. A menudo, su despacho recibe clientes desesperados cuyos casos se han complicado debido a abogados sin escrúpulos que no han aplicado los recursos jurídicos apropiados.
Vargas destaca cómo esta práctica prolonga los casos con el fin de obtener mayores honorarios, perjudicando así la reputación del gremio.
Es alarmante que estos pseudoabogados tengan la responsabilidad de manejar asuntos delicados como la libertad de personas, sus patrimonios e incluso el sano desarrollo de menores. Estos individuos utilizan maliciosamente sus conocimientos legales para destruir vidas enteras, mientras vacían los bolsillos de sus clientes sin remordimiento alguno.
Vargas propone dos enfoques para solucionar esta problemática, lo que él llama la «pavimentada» y la «terracería». La «pavimentada» consiste en regular y profesionalizar el ejercicio de la abogacía a través de la colegiación, la actualización, certificación y el cumplimiento de códigos de conducta. Vargas explica que la profesión de Licenciado en Derecho está intrínsecamente relacionada con la vida, salud, seguridad, libertad y patrimonio de las personas, por lo que es de interés general contar con abogados más competentes.
La «terracería» implica tomar acciones legales contra aquellos «abogados podridos», suspendiendo su derecho a ejercer la abogacía e imponiendo condenas de prisión. Vargas destaca la importancia de exponer públicamente a estos individuos para que la gente los identifique y evite caer en sus manos.
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Un caso ejemplar es el de la abogada MARGARITA BADILLO CASTILLO, quien está denunciada (258/2023) por dilatar un juicio y causar daño a un niño de tan solo 5 años. Presuntamente, recibió ayuda de las juezas PETRA ELENA AGUIRRE CAJAL y CECILIA VIDAL ACOSTA, así como del Dr. NETZAHUALCOYOTL GARCÍA TORREBLANCA, quienes también están siendo investigados por su implicación en el delito.
Vargas exclama su indignación ante la idea de que abogadas, jueces y médicos utilicen sus títulos y conocimientos para perjudicar a terceros, especialmente a niños indefensos.
¿Y la ética dónde quedó? ¿Por qué tantos abogados han abandonado sus principios y valores? ¿Se debe al «sistema» o es algo inherente a ellos desde antes? ¿Podrían las universidades públicas implementar filtros para evitar futuros «chacales»? ¿O seguirán empoderándolos con conocimientos que posteriormente utilizarán en perjuicio de la sociedad? Esta problemática plantea un debate necesario, incluso para un próximo artículo.
En cualquier carrera u oficio, es fundamental aplicar nuestros conocimientos de manera correcta. Esto nos distingue como seres humanos, nos permite mirar a nuestros seres queridos y a nosotros mismos a los ojos.